sábado, 4 de agosto de 2007

La cucharilla del café



Así, como la cucharilla de plástico del café que se queda abandonada en el vaso depués de haberse bebido, que es inutil, que sólo sirve para eso. Hay gente que nisiquiera la utiliza para su cometido inicial: la despoja de su hogar junto al azucar y le da vueltas para remover un café no-azucarado. Y luego, cuando la siguiente persona busca el sobre de azucar maldice porque allí no está la cuchara, cuando ella no ha tenido la culpa absolutamente de nada.
Yo tomo el café sólo, negro y sin azucar, sin adulterar... Pero no emancipo a la cucharilla en contra de su voluntad; la dejo allí, que viva a su aire, la tiene una vida bastante insulsa para que llegue yo a joderle su cometido.
Y también creo que la dejo en paz porque me siento identificada un poco con ella. También soy yo esa cucharilla de plástico que...

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