lunes, 3 de diciembre de 2007

Ni los ojos miran, ni ven, ni ven, ni reaccionan las pupilas. Ya no queda nada.
Sin ganas, pero con ganas de tenerlas.

Por fín las cosas están claras y esto ha tenido muchos resultados de los cuales uno resume todos los demás:
- me siento frustrada una media de 3,2 veces por hora